T-07 Reserva Natural: "Malpaís de La Rasca"

Este Espacio fue declarado por primera vez como protegido por la Ley Territorial 12/1987, de 19 de junio, de Declaración de Espacios Naturales de Canarias, con la categoría de Paraje Natural. Posteriormente fue reclasificado por la Ley 12/1994, de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias, con la categoría de Reserva Natural Especial, que se mantiene con la promulgación de la vigente normativa reguladora contenida en el Decreto Legislativo 1/2000, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales de Canarias.

 Asimismo, este espacio natural protegido está incluido en la Red Natura 2000, al ser declarado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) por la Decisión de la Comisión Europea de fecha 28 de diciembre de 2001 a propuesta de la Comunidad Autónoma de Canarias a través del Estado Español (publicada en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas L 5/16, de 9 de enero de 2002). Igualmente, por su rica avifauna está considerada como Área de Importancia para las Aves (IBA) y propuesta para su designación como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) con arreglo a las disposiciones de la Directiva de Aves Silvestres (Directiva del Consejo 79/409/CEE) que a su vez están integradas en la red europea de hábitats.

Descripción literal del espacio protegido.

 La Reserva Natural Especial del Malpaís de La Rasca comprende una superficie de 315,4 hectáreas en el término municipal de Arona y su finalidad de protección es el hábitat de cardonal tabaibal costero y de interior, y la integridad de su fauna y flora asociada, así como el paisaje y la estructura geomorfológico de todo el malpaís y los conos adyacentes.

 La delimitación gráfica de este espacio natural protegido se indica en el anexo cartográfico T-7 de la Ley y se corresponde con la siguiente descripción:

Oeste: Desde un punto en un estrecho entrante al norte de El Caletón (UTM: 28RCS 3250 9944), continúa en línea recta con rumbo Este unos 150 m, hasta alcanzar una pista por la que sigue con el mismo rumbo para llegar a otra pista que está al pie de la ladera oeste de Montaña Grande, en la cota 23, desde donde asciende hasta un canal a cota 35, bordeando por el sur un estanque; continúa hacia el Norte por dicho canal hasta un punto en el espigón occidental del vértice 76 m del volcán situado al oeste de Montaña Aguzada (UTM: 28RCS 3309 0091), a cota 40 aproximadamente.

Norte: desde el punto anterior asciende por la divisoria de dicho espigón hasta enlazar, a cota 70, con una pista que sigue con rumbo NE hasta el cruce con otra pista que recorre Montaña Aguzada por el flanco occidental. Desde ahí continúa hacia el Este por la cota 50, hasta enlazar con un muro que bordea la base este de Montaña Aguzada, por el que sigue hacia el Sur hasta su final.

Este: desde el punto anterior se prolonga mediante una línea recta con dirección NO, hasta una construcción próxima y, desde ella, sigue por un camino con el que alcanza el flanco noreste de Montaña Grande, en un punto al pie de un vértice de 58 m (UTM: 28RCS 3415 0033), donde hay un cruce de caminos. Desde ahí prosigue en línea recta con rumbo Sur hasta la cota 50, en el flanco noroeste del vértice de 57 m que hay en el sur de la barriada de Bebederos; asciende por la divisoria a dicho vértice y continúa unos 350 m en línea recta con rumbo SE, hasta alcanzar un vértice de 48 m, desde donde se prolonga con el mismo rumbo hasta la esquina de los muros de una finca, para continuar hacia el SO siguiendo dichos muros de propiedad hasta alcanzar la costa (UTM: 28RCR 2414 9842).

Sur: desde el punto anterior sigue por la línea de bajamar escorada hasta el punto inicial.

Características del espacio natural.

 Este espacio comprende un valioso paisaje geológico integrado por varios conos volcánicos de la serie III (Montaña Grande, Montaña Aguzada, Montaña La Caraba¿) y sus correspondientes coladas basálticas de superficie escoriácea que se extienden hasta el mar. El Malpaís contiguo a los mismos y sus tres kilómetros de costa (incluida en el LIC Teno-Rasca y propuesta como Reserva Marina) constituyen también un elemento geomorfológica y paisajísticamente destacados, cuya valoración científica se acrecienta al albergar un hábitat natural en buen estado de conservación.

 A pesar de abarcar una superficie relativamente reducida y de las importantes alteraciones sufridas debido a las actividades humanas, la Reserva Natural aún conserva una buena representación de vegetación  halófila (conjunto de plantas adaptadas a vivir bajo la influencia de la maresía) costera y de tabaibal-cardonal.

 Entre las especies resistentes a la maresía destacan la uva de mar Zygophylum fontanesii, el tomillo de costa Frankenia laevis y la siempreviva Limonium pectinatum. En el cardonal-tabaibal es frecuente la tabaiba dulce Euphorbia balsamífera, el cardón Euphorbia canariensis, el cardoncillo Ceropegia fusca y la orijama Neochamaelea pulverulenta, entre otras. Los endemismos Artemisia ramosa y Schizogyne glaberrima, cuentan en esta localidad con sus mejores poblaciones en Tenerife.

 La diversidad de hábitats propicia una elevada riqueza en invertebrados y la presencia  de varias especies de aves tales como la bisbita caminero Anthus berthelotii, el alcaraván Burhinus oedicnemus y el camachuelo trompetero Bucanetes githaginea.

 Asimismo, hay que destacar que todo el sector de Malpaís del espacio protegido y la extensión existente entre el mismo y la urbanización el Palm-Mar tiene un valor cultural y patrimonial excepcional. En el área está contrastada una importante presencia guanche hasta el punto de ser considerada una  de las principales joyas de la arqueología de Tenerife; testimonio de esa presencia son los abundantes restos de cabañas, concheros, material lítico, fragmentos de cerámica y otras estructuras relacionadas con el hábitat aborigen de esta zona de la isla de Tenerife. Destaca igualmente la importancia etnográfica del lugar con la presencia de numerosas estructuras pertenecientes a ese patrimonio como son los bancales abandonados, secaderos de barrilla, salinas, goros, cabañas, cuevas, aljibes, entre otras. También destaca la presencia dentro de la Reserva del faro, que data del año 1898 y en el que se pretende albergar infraestructuras ligadas al espacio natural y a la zona arqueológica que actualmente se está tramitando para su declaración como Bien de Interés Cultural.

 Por último, por lo que se refiere a las amenazas cabe citar la expansión urbanística y agrícola en los bordes de la zona protegida; el tránsito incontrolado en el interior del espacio, especialmente de todo-terrenos; determinadas actividades turísticas; el vertido de residuos; el pastoreo; el marisqueo y los saqueos arqueológicos.